José Renán Esquivel, el médico panameño que revolucionó la salud en Panamá, falleció en la madrugada del 2 de noviembre de 2010. El doctor Esquivel irrumpió en los ámbitos de la salud pública panameña a una edad muy joven, en la década de 1950, cuando fue seleccionado para dirigir el Hospital del Niño.
La metodología de Esquivel asombró a muchos e, incluso, fue rechazada por sectores políticos importantes del país. Por un lado, proyectó el presupuesto hospitalario (médicos, paramédicos, equipo y recursos) a las comunidades de la ciudad de Panamá y al resto del país. Por el otro, abrió las puertas del hospital para que entrara la comunidad – padres de familia, vecinos y amigos – al centro de salud. La recuperación del enfermo es mucho más rápido y eficaz cuando lo acompaña un ser querido.
Su planteamiento central era que el médico y el equipo de salud no debería reducir su trabajo al tratamiento de la enfermedad. Al contrario, debería hacer énfasis en la producción de salud en las comunidades y a prevenir la enfermedad. El concepto de producción de salud era revolucionario ya que reconocía que el bienestar de la población es el resultado del trabajo de la misma gente.
En el campo el equipo de la salud tenía que trabajar con el agricultor produciendo más y asegurando que las nuevas generaciones asistieran a la escuela. Si el agricultor no tenía tierra (o muy poca) era candidato a la enfermedad. Si el niño no iba a la escuela, sus probabilidades de ser una persona saludable eran ínfimas. En la ciudad, la familia y su comunidad eran los únicos que podían asegurar la salud para la población. Promovió el concepto de Comité de Salud para darle vida a la comunidad que luchaba para producir bienestar.
En 1969, el gobierno militar viendo su trabajo en la creciente y populosa barriada nueva de San Miguelito – donde creó una sucursal del Hospital del Niño – lo llamó para integrarlo al gabinete. Puso dos condiciones. En primer lugar, el sería el ministro de Salud (aún no existía esa cartera) con libertad de acción para desarrollar sus ideas en todo el país. Segundo, el presupuesto de Salud tendría que multiplicarse para cumplir con las demandas de su gente.
Poco después se firmó la ley del Ministerio de Salud, se creó una ley para darle vida a los Comités de Salud y se comenzó a revolucionar el país. Esquivel volvió a sorprender a todos los políticos y especialistas del país. En los consejos de Gabinete regañaba al general Torrijos, retaba al presidente Lakas, cuestionaba las nociones de Ardito Barletta y, generalmente, quedaba en minoría frente a los demás miembros del gobierno.
Las reuniones con los médicos eran sesiones pedagógicas donde martillaba sobre las nociones de salud comunitaria. Poco después de ser nombrado ministro, dio la orden de que todos los médicos tenían que salir a trabajar a las comunidades. El país fue “sectorizado” para que las condiciones y problemas de salud se estudiaran con detalle. Como consecuencia, Esquivel se adentró en lo que más le interesaba. Fue a trabajar con la gente, en las comunidades del país, a la cabeza de su equipo de salud.
El ministro de Salud les enseñaba a sembrar jardines, a cuidar vacas, a construir puentes, a leer y escribir y a pelear por sus derechos. Algunos médicos y muchos políticos lo acusaban de, supuestamente, abandonar sus responsabilidades en el campo de la salud. Sin embargo, no entendían que un pueblo que no es dueño de su país jamás gozará de salud.
Esquivel organizaba un promedio de dos seminarios a la semana con los comités de salud en los barrios de las ciudades, en los campos y en las comarcas indígenas. Sembró comités en El Chorrillo, en las laderas del Canajagua y en Llano Ñopo. Los médicos, enfermeras y equipo de salud comenzaron a entender el significado de la metodología de Esquivel cuando vieron sus resultados. Comunidades enteras trabajando hombro con hombro – con los salubristas entre medio – produciendo salud. Las tasas de mortalidad y morbilidad bajaron rápidamente. Los “expertos” de EEUU y otros países visitaban Panamá para conocer la nueva política de “Salud Igual para Todos”.
Las políticas neoliberales derrotaron a Esquivel y sus equipos de salud. Los médicos regresaron a los hospitales y los recursos que promovían la producción de salud en las comunidades se acabaron.
Después de la invasión militar norteamericana de 1989, los gobiernos de turno sepultaron el legado de Esquivel. Sin embargo, la semilla que sembró Esquivel en las comunidades panameñas está lista para germinar en el pueblo panameño que tanto amó.
Panamá, 4 de noviembre de 2010.
sábado, 6 de noviembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario