Primero fue un periódico de internet que opera desde San José de Costa Rica y después el Consejo de Asuntos Hemisféricos (COHA), que tiene su sede en Washington, que dejaron caerle al presidente Ricardo Martinelli una andanada que pocos esperaban. Obviamente, en Costa Rica no hay una campaña contra Martinelli. COHA tampoco es una entidad que cultiva enemistades. ¿Entonces de qué se trata?
Para contestar esa pregunta hay que seguir el rastro de las andanadas. En el caso de Costa Rica, la fuente acusaba al presidente Martinelli de tener lazos con el narcotráfico y de intervenir en las instituciones que imparten “justicia”. COHA, a su vez, presentó al mandatario panameño como poco confiable y enemigo de los amigos de EEUU en Panamá.
Los ataques coincidieron con la visita a Panamá del sub-secretario de Estado para asuntos latinoamericanos, Arturo Valenzuela, quien se hizo coro de las publicaciones señaladas. En sus entrevistas oficiales destapó algunas de las incógnitas. Valenzuela se reunió con el presidente Martinelli durante una hora en el Palacio de Las Garzas. Ese mismo día, Valenzuela tuvo una larga conversación con el vice-presidente Juan C. Varela en la embajada de EEUU.
También estuvo en Panamá John Maisto, diplomático norteamericano, conocido por sus aventuras de desestabilización en América latina. Su papel en la invasión militar de EEUU a Panamá en 1989 y el secuestro del general Noriega fue notoria. En aquella época, Maisto se hacía pasar por amigo del jefe de las Fuerzas de Defensa (FDP).
En una entrevista concedido a un periódico de la capital panameña, Maisto señaló que la educación y la justicia eran los problemas más preocupantes de Panamá. Con relación a la justicia agrego que "las instituciones, empezando por el poder judicial, tienen que ser confiables. Los jueces y policías tienen que estar bien pagados y mejor entrenados".
Maisto no se mostró muy diplomático al señalar que el poder corrompe. ¿Fue un ataque al presidente Martinelli y sus asociados más íntimos?
El diplomático norteamericano también defendió a las organizaciones de la sociedad civil que han tenido choques recientes con el gobierno. Rechazó a quienes “creen tener la verdad absoluta” y recomendó que quienes se sienten perseguidos en Panamá busquen justicia en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos “cuyo trabajo es excelente”.
Ya conocemos el guión, la escenografía está en su lugar, cualquiera podría decir que ¡se levante el telón y que comience el espectáculo! ¿Quiere EEUU desestabilizar a Martinelli por los negocios de su gobierno con especuladores vinculados a la mafia norteamericana? No es el caso. ¿Será porque no le gusta su estilo autoritario? EEUU siempre le ha gustado socios fuertes. ¿Será por los atropellos a los estamentos de justicia y al movimiento de los trabajadores organizados? EEUU no tiene una historia que defiende esos sectores.
Existe un paralelo muy similar entre la ofensiva de Washington de 2010 con la iniciada en 1987 contra su mejor aliado en la región hasta ese momento: Noriega. Hay que entender que EEUU no bombardeó comunidades panameñas causando muertes y dolor para derrocar a Noriega o destruir las FDP. Las “andanadas” contra Panamá de entonces y, posiblemente, las actuales, responden a contradicciones internas que enfrentan los gobernantes de la Casa Blanca.
La conexión de la droga, según sus detractores, y su estilo autoritario convierten a Martinelli en un blanco ideal para ataques desde el norte. ¿Sus aliados conservadores latinoamericanos o los republicanos de extrema derecha en EEUU lo apoyarán? ¿O permitirán que sea sacrificado?
Panamá, 13 de mayo de 2010
viernes, 14 de mayo de 2010
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