domingo, 28 de noviembre de 2010

La revista TAREAS cumple 50 años

La revista TAREAS cumple 50 años de publicación interrumpida en 2010. Fundada en la ciudad de Panamá en 1960 por un grupo de jóvenes intelectuales, encabezado por Ricaurte Soler, la revista ha sacado un total de 136 entregas con artículos que cubren todas las áreas culturales, políticas y de las ciencias sociales. En reciente correo, el sociólogo centroamericano, Edelberto Torres Rivas, señala que “el compromiso de Tareas es su libertad para decir todo lo que es reto, desafío y rebeldía...”
Cuando la revista cumplió su cuarto de siglo (en 1985) el gran poeta y matemático panameño, José de J. (Chuchú) Martínez, dijo que “nunca como hoy ha estado nuestro país falto de soluciones para los problemas que pesan sobre la mayoría de nuestra población”. Pero agregó, inmediatamente, “Tareas quiere jugar un papel proponiendo alternativas, colaborando en el diseño de un proyecto nacional, con todas las virtudes de proyectos anteriores, pero sin ninguno de sus defectos...”
Sin duda, son palabras que podemos hacer nuestras en la actualidad con toda legitimidad, quizás con algo más de urgencia. Chuchú en aquel momento también dijo que “Tareas es hoy más joven que nunca”, por los retos que tenían que enfrentar los panameños de esa época y que hoy les corresponde, aún más, a esta generación que mira hacia el futuro.
Tareas recogió la rebeldía de la juventud panameña que sembró las banderas en la antigua Zona del Canal en la década de 1950, que formó la vanguardia en la lucha contra las tropas norteamericanas acantonadas a orillas de la vía acuática en las jornadas de enero de 1964. De igual manera, fue una voz crítica en el proceso de negociaciones de los Tratados Torrijos-Carter que puso fin a la “quinta frontera” e hizo realidad la evacuación de las bases militares extranjeras. Condenó la invasión de 1989 y ha mantenido una posición vertical contra las políticas neoliberales y la creciente re-militarización del país de los últimos lustros.
El martes, 30 de noviembre de 2010, en la Biblioteca Nacional, a las 6pm, miembros del grupo fundador, patrocinadores, contribuyentes y los amigos de Tareas, se reunirán para celebrar el cincuentenario. También le desearán otros 50 años más de vida productiva y combativa. Entre los oradores, que harán uso de la palabra, se destaca Arístides Martínez Ortega, compañero de Soler y los otros fundadores. Entre estos últimos, estarán presentes en el acto, Carlos B. Pedreschi, Alfredo Castillero C., Franz García de Paredes y César Young Núñez.
Según uno de los economistas más reconocidos, por su contribución a las ciencias sociales, Theotonio dos Santos, Tareas “cumple con un rol estratégico de alerta, conciente de los grandes problemas de nuestros tiempos”. Refiriéndose a Ricaurte Soler, el intelectual brasileño agrega que su “obra fue fundamental para el desarrollo del pensamiento social latinoamericano”. Desde EEUU, el sociólogo Immanuel Wallerstein envía un mensaje donde afirma que “Tareas ha sido una revista de calidad que enriquece el debate sobre los grandes problemas de actualidad, así como en la profundización de las teorías sociales”.
Durante la primera década del siglo XXI, la revista Tareas ha publicado los trabajos de cientistas sociales, humanistas y artistas quienes han abordado temas diversos. En el caso de Panamá, sus preocupaciones han girado en torno al futuro del Canal de Panamá y su contribución al desarrollo nacional. También ha mostrado un interés especial en la relación entre Panamá y EEUU, y los intereses de este último en crear un régimen de seguridad similar al que tuvo el país en la segunda mitad del siglo pasado. La revista ha hecho especial énfasis en problemas como la seguridad social, la salud, el ambiente, el desorden urbano y la cuestión de género.
Le ha llamado la atención a los responsables de las políticas públicas sobre la necesidad de sentar las bases para un desarrollo incluyente, capaz de integrar a todos los panameños en el proceso de desarrollo. Han sido casi nulos los resultados obtenidos a nivel de la clase gobernante que continúa impulsando políticas de crecimiento económico irracional (basados en el asalto al erario público). Las políticas de des- posesión sólo han generado más pobreza, corrupción y le han dado alas al crimen organizado.
A nivel regional e internacional, Tareas ha estudiado con detalle las nefastas consecuencias de las políticas neoliberales impuestas a escala global. Políticas que condujeron al colapso del sistema capitalista. En esta misma dirección, los contribuyentes de artículos observan como la correlación internacional de fuerzas tiende a cambiar, las países emergentes ocupan nuevos espacios y las viejas potencias tienden a desmoronarse.
Chuchú pronosticó en 1985 que la revista llegaría a cumplir otros 25 años de trabajo. En 2010, todos los que tienen algún grado de responsabilidad en la continuidad de Tareas, y que se inspiran en el legado de Ricaurte Soler, están seguros que cumplirá 50 años más de vida.
Panamá, 25 de noviembre de 2010.

jueves, 18 de noviembre de 2010

La derrota de Obama

Los resultados de las elecciones del 2 de noviembre de 2010 representan una derrota contundente del pueblo norteamericano. Más allá de las elecciones, se trataba del fracaso del presidente Barak Obama, quien fuera ungido en 2008 para dirigir el país del norte hacia un puerto seguro frente a la crisis del capitalismo y las guerras imperialistas. El Partido Demócrata del presidente Obama perdió la mayoría en la Cámara de Representantes (responsable de la política fiscal) y apenas conservó su poder en el Senado (responsable de la política exterior).
Durante los dos años en la Casa Blanca, Obama aplicó las mismas políticas que desarrolló su antecesor – George W. Bush – de 2001 al 2009. Le transfirió fondos públicos a la banca para sacarla de la bancarrota y destinó cada vez más recursos a las guerras en Asia. Con una economía nacional “enferma” que no produce de manera competitiva, Obama simplemente logró extenderle la vida unos años más a los especuladores que juegan a la quiebra del sistema capitalista.
Casi todos coinciden en que el principal factor que explica la derrota es la economía que está estancada. Lo más alarmante es la tasa de desempleo (9.6 por ciento). Estas circunstancias han dado pie a la aparición de una nueva corriente electoral derechista que logró atraer mucha atención y muchos fondos para su causa. Los sentimientos de xenofobia contra los migrantes de países latinoamericanos fueron manipulados y convertidos en un problema de “seguridad nacional”. El historiador Garry Wills agrega algo más: la reacción francamente racista contra un hombre negro en la Casa Blanca.
Según Amy Goodman, los grandes medios de comunicación fueron los principales ganadores en las elecciones de este año en EEUU. “Estas fueron las elecciones legislativas de mitad de mandato más caras en la historia: costaron casi cuatro mil millones de dólares, de los cuales tres mil millones se gastaron en publicidad. ¿Qué pasaría si el tiempo publicitario para las campañas fuera gratuito? No se oyen debates al respecto porque las corporaciones obtienen inmensas ganancias con los avisos publicitarios de las campañas políticas”.
La reacción derechista es parte del caldo de cultivo que caracteriza la sociedad norteamericana en esta coyuntura. La promesa de Obama se hizo humo y sectores amplios de la población simplemente no acudieron a las urnas. Estaban decepcionados y no creen que la solución de sus problemas está en los partidos políticos o en los discursos bien articulados de sus representantes. Incluso, muchos se inclinaron por los candidatos de la extrema derecha que postuló el Partido Republicano y su nueva vanguardia, el Tea Party.
La fracción derechista representada en el Tea Party aprovechó las políticas erráticas de Obama e introdujo un elemento de miedo y odio, a la vez, en el proceso electoral de 2010. La profesora Ruth Rosen, de la Universidad de California – Berkeley, apunta al hecho que “dentro de unas cuantas décadas la población no blanca será mayoría en EEUU. Muchos cristianos evangélicos se sienten sitiados y las mujeres, por su parte, sienten que deben proteger públicamente a sus familias de cambios tan vertiginosos y posiblemente dañinos. Sienten que burócratas, inmigrantes o minorías anónimas a las que identifican como “los otros” amenazan su pureza moral. Lo que no les despierta miedo es que las corporaciones hayan tomado al gobierno”.
Las políticas públicas norteamericanas han logrado, en gran parte, construir una sociedad con tres estamentos, con el objetivo de mantener un control social sobre las organizaciones populares. Por un lado, una masa de trabajadores que hasta hace poco era considerada afluente y estable. Esta población, en su mayoría trabajadores asalariados, provienen de migraciones europeas de fines del siglo XIX y principios del siglo pasado. Por el otro, una población calificada como negra, de ascendencia africana, que llegó a las costas norteamericanas como esclavos hace tres o cuatro siglos. Por último, la población llamada “latina” producto de migraciones masivas, especialmente mexicanas, de la última mitad del siglo XX. La aparición del Tea Party es un indicador de futuros enfrentamientos entre estos estamentos creados artificialmente por políticas públicas de la elite gobernante.
Según la apreciación optimista del economista Dean Baker, EEUU tiene que “recorrer un largo trecho para restaurar una economía que funcione para la gran mayoría, pero el primer paso es saber dónde estamos. La redistribución (de la riqueza) hacia arriba de las tres últimas décadas no tiene que ver con el mercado. Se trata de un proceso por el que el rico y el poderoso han reescrito las reglas para hacerse más ricos y más poderosos”. ¿Habrá tomado ese primer paso el presidente Obama?
Panamá, 18 de noviembre de 2010.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Ricord: El político militante

Durante casi setenta años el doctor Humberto Ricord se mantuvo activo en la política panameña. No era hombre de partidos tradicionales, aunque su pensamiento y acción impactaba sobre el acontecer nacional. Siendo un adolescente, a principios de la década de 1940, en plena segunda guerra mundial, participó en la fundación de la Federación de Estudiantes de Panamá (FEP). Años más tarde, se agitaba en la creación del Frente Patriótico de la Juventud. Siendo más maduro se activó en varias iniciativas políticas que involucraba trabajar en la organización de sindicatos, agrupaciones populares y en la formación de cuadros estudiantiles. Sin descansar, al final de su largo recorrido, se embarcó en la organización del Frente Panamá Soberana (FPS) que a fines del siglo XX se opuso a la extensión de las bases militares norteamericanas en el país. A principios del presente siglo, el FPS le puso una demanda de “bien oculto” a la Autoridad del Canal de Panamá.
El FPS le rendirá homenaje al jurista, historiador y militante Humberto Ricord el martes, 16 de diciembre de 2010, en el Salón de Profesores de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Panamá, a las 6 p.m. Recientemente se cumplió un año de su fallecimiento en la capital. En el acto harán uso de la palabra la abogada y especialista en derecho social, Anayansi Turner, catedrática universitaria. Igualmente, hablará el profesor Virgilio Araúz, quien abordará al Ricord historiador. Finalmente, este servidor analizará los aportes de Ricord a la vida política panameña. Al final del acto, se ha abierto un período para que todos los interesados puedan dejar sentado su testimonio en torno a la vida del maestro del derecho.
Entre las obras de mayor impacto de Ricord, se destaca su trabajo sobre los “Clanes de la oligarquía panameña” publicado en la década de 1950 bajo la firma de Anónimo. En aquella época se vivía una violenta represión contra todas las ideas progresistas y, especialmente, todo lo que fuera cercano al socialismo. La guerra fría y el “maccartismo” estaban a la orden del día. El folleto circuló en cuatro partes de mano en mano. El enfoque de Ricord fue original en la medida en que realizaba por primera vez un análisis de las clases sociales panameñas. Enfocó la clase en el poder económico y político, y la descompuso según sus intereses y formas de acumular riquezas.
Ricord también escribió importantes obras de historia, desentrañando la gesta del 3 de noviembre así como la vida y muerte de Victoriano Lorenzo. Su obra sobre la Guerra de los Mil Días (1899-1902) es considerada la mejor aproximación a ese conflicto que causó tanta destrucción y dolor en el istmo panameño. Sin entender las causas de esa movilización popular, no se puede entrar a conocer los motivos de la separación de Panamá de Colombia, el pacto con EEUU y las luchas de casi un siglo por recuperar la soberanía por parte de los panameños.
Sin duda, este último problema era el que motivaba más a Ricord. ¿Cómo recuperar la soberanía y darle al pueblo panameño la dignidad que se merecía? Esta fue la causa a la cual le dedicó su vida entera. Para el análisis científico de las contradicciones sociales se armó del método marxista, que estudia el comportamiento de la sociedad capitalista y sus clases sociales. Gracias a esta teoría general logró desarrollar una comprensión de Panamá y sus conflictos políticos.
Sin embargo, Ricord no sólo era un hombre de escritorio dedicado al estudio. Mientras realizaba sus trabajos, formaba parte de los diferentes grupos que luchaban por transformar a Panamá y convertirlo en una república democrática, donde todos los panameños tuvieran oportunidades para ser productivos y, sobre todo, ofrecerle a la juventud los instrumentos para superarse. Sin duda, entre sus primeros esfuerzos en la FEP hasta llegar al final del camino en el FPS, Ricord contribuyó con éxito a esos objetivos. Los altos y bajos que marcan toda trayectoria no estuvieron ausentes de la biografía de Ricord. La Asamblea Constituyente de 1946, la evacuación de las bases militares norteamericanas y la eliminación de la colonia zoneita son logros de esa generación que encabezó hombres como Ricord.
Ricord siguió muy preocupado por la corrupción política y, además, por el manejo del Canal de Panamá. En este último caso le dedicó gran parte de sus últimos años de vida a estudiar como las clases dominantes panameñas se habían apoderado de la vía acuática. El objetivo original de la recuperación del Canal, que debe servirle como instrumento al pueblo panameño en la construcción de su proyecto nacional, ha sido desviado. El FPS se ha comprometido a seguir trabajando en el camino trazado por Humberto Ricord, el militante político.
Panamá, 11 de noviembre de 2010.

sábado, 6 de noviembre de 2010

J. Renán Esquivel: Salud igual para todos

José Renán Esquivel, el médico panameño que revolucionó la salud en Panamá, falleció en la madrugada del 2 de noviembre de 2010. El doctor Esquivel irrumpió en los ámbitos de la salud pública panameña a una edad muy joven, en la década de 1950, cuando fue seleccionado para dirigir el Hospital del Niño.
La metodología de Esquivel asombró a muchos e, incluso, fue rechazada por sectores políticos importantes del país. Por un lado, proyectó el presupuesto hospitalario (médicos, paramédicos, equipo y recursos) a las comunidades de la ciudad de Panamá y al resto del país. Por el otro, abrió las puertas del hospital para que entrara la comunidad – padres de familia, vecinos y amigos – al centro de salud. La recuperación del enfermo es mucho más rápido y eficaz cuando lo acompaña un ser querido.
Su planteamiento central era que el médico y el equipo de salud no debería reducir su trabajo al tratamiento de la enfermedad. Al contrario, debería hacer énfasis en la producción de salud en las comunidades y a prevenir la enfermedad. El concepto de producción de salud era revolucionario ya que reconocía que el bienestar de la población es el resultado del trabajo de la misma gente.
En el campo el equipo de la salud tenía que trabajar con el agricultor produciendo más y asegurando que las nuevas generaciones asistieran a la escuela. Si el agricultor no tenía tierra (o muy poca) era candidato a la enfermedad. Si el niño no iba a la escuela, sus probabilidades de ser una persona saludable eran ínfimas. En la ciudad, la familia y su comunidad eran los únicos que podían asegurar la salud para la población. Promovió el concepto de Comité de Salud para darle vida a la comunidad que luchaba para producir bienestar.
En 1969, el gobierno militar viendo su trabajo en la creciente y populosa barriada nueva de San Miguelito – donde creó una sucursal del Hospital del Niño – lo llamó para integrarlo al gabinete. Puso dos condiciones. En primer lugar, el sería el ministro de Salud (aún no existía esa cartera) con libertad de acción para desarrollar sus ideas en todo el país. Segundo, el presupuesto de Salud tendría que multiplicarse para cumplir con las demandas de su gente.
Poco después se firmó la ley del Ministerio de Salud, se creó una ley para darle vida a los Comités de Salud y se comenzó a revolucionar el país. Esquivel volvió a sorprender a todos los políticos y especialistas del país. En los consejos de Gabinete regañaba al general Torrijos, retaba al presidente Lakas, cuestionaba las nociones de Ardito Barletta y, generalmente, quedaba en minoría frente a los demás miembros del gobierno.
Las reuniones con los médicos eran sesiones pedagógicas donde martillaba sobre las nociones de salud comunitaria. Poco después de ser nombrado ministro, dio la orden de que todos los médicos tenían que salir a trabajar a las comunidades. El país fue “sectorizado” para que las condiciones y problemas de salud se estudiaran con detalle. Como consecuencia, Esquivel se adentró en lo que más le interesaba. Fue a trabajar con la gente, en las comunidades del país, a la cabeza de su equipo de salud.
El ministro de Salud les enseñaba a sembrar jardines, a cuidar vacas, a construir puentes, a leer y escribir y a pelear por sus derechos. Algunos médicos y muchos políticos lo acusaban de, supuestamente, abandonar sus responsabilidades en el campo de la salud. Sin embargo, no entendían que un pueblo que no es dueño de su país jamás gozará de salud.
Esquivel organizaba un promedio de dos seminarios a la semana con los comités de salud en los barrios de las ciudades, en los campos y en las comarcas indígenas. Sembró comités en El Chorrillo, en las laderas del Canajagua y en Llano Ñopo. Los médicos, enfermeras y equipo de salud comenzaron a entender el significado de la metodología de Esquivel cuando vieron sus resultados. Comunidades enteras trabajando hombro con hombro – con los salubristas entre medio – produciendo salud. Las tasas de mortalidad y morbilidad bajaron rápidamente. Los “expertos” de EEUU y otros países visitaban Panamá para conocer la nueva política de “Salud Igual para Todos”.
Las políticas neoliberales derrotaron a Esquivel y sus equipos de salud. Los médicos regresaron a los hospitales y los recursos que promovían la producción de salud en las comunidades se acabaron.
Después de la invasión militar norteamericana de 1989, los gobiernos de turno sepultaron el legado de Esquivel. Sin embargo, la semilla que sembró Esquivel en las comunidades panameñas está lista para germinar en el pueblo panameño que tanto amó.
Panamá, 4 de noviembre de 2010.